jueves, 30 de abril de 2009

DE LA ESCUELA ISLA A LA SOCIEDAD EDUCADORA






La sociedad del conocimiento exige una formación permanente, a lo largo de toda la vida, capaz de responder a las exigencias de un mundo en cambio continuo. Por otra parte, la educación está recuperando su función eminentemente formativa, pues hemos comprendido que el ser humano es el único animal no acabado, que está en posibilidad de hacerse y recrearse permanentemente, de ascender a niveles siempre más altos de humanismo y que, por consiguiente, se va capacitando también para ir recreando una democracia de sujetos cada vez más autónomos y solidarios. En consecuencia, la educación del individuo debe continuar durante toda la vida, para convertirse en un eje capaz de la sociedad civil y de una democracia viva en la que todos participen en la construcción de una sociedad responsable y solidaria, respetuosa de los derechos humanos de cada persona. Es a la sociedad entera, no sólo a los maestros y profesores, a la que le toca señalar el rumbo y subsanar las graves deficiencias.
¿Qué entiende usted por formación permanente?
¿La educación de la persona debe continuar toda la vida?
¿El maestro es imagen de la sociedad? ¿Por qué?
“Cuando me había aprendido las respuestas,
me cambiaron las preguntas”
Es lo que expresaba con lacónica contundencia el famoso graffiti del mayo francés. Si las generaciones anteriores nacían y vivían en un mundo de certidumbres y valores absolutos en el que los cambios eran a un ritmo tal que podían asimilarlos con naturalidad, hoy sentimos que el vértigo de los cambios recientes nos asoman a un mundo desconocido, misterioso y extremadamente complejo.
Hoy somos todos corresponsables e interdependientes y es imposible el aislamiento y la verdadera autonomía. Todo lo que sucede en cualquier rincón del planeta de algún modo nos atañe. Nos hemos convertido en ciudadanos del mundo.
¿Por cree usted que somos ciudadano del mundo?

domingo, 12 de abril de 2009

DÉCADA DE LAS REFORMAS EDUCATIVAS




Durante el siglo XIX, fue abundante las lluvias de ideas educacionista que cayó sobre tierra venezolana, y la última década del mismo se caracterizó por un interés atraído a la modernización del régimen de educación pública, así se percibe, pero con particularidades no vista antes; como, por ejemplo, en los términos aguerridos en los que se planteó la cuestión en el Congreso Pedagógico de 1895, con un magisterio resuelto a llevar adelante sus iniciativas. En efecto, nueve proposiciones de reforma se ventilaron durante esta última década: en 1890, el Congreso considera la posibilidad de otorgar autonomía a las universidades, iniciativa que no se coronó con el éxito. El gobierno de Andueza Palacio envía un mensaje al Congreso sobre la necesidad de hacer una reformulación al régimen educativo, y sobre lo mismo insiste el ministro Eduardo Blanco, en 1891 y 1892; y el proyecto de Rafael Villavicencio que al tanto de los programas de la educación norteamericana los da a conocer a las autoridades del país para que procuren el mejor arreglo de la venezolana. En 1893, el presidente Joaquín Crespo y si ministro de Instrucción, Ignacio Andrade, informa sobre un proyecto de código de Instrucción que indudablemente habían encontrado preparado por la administración Andueza Palacio-Eduardo Blanco, también sin éxito; el gobierno promulga los Estatutos reglamentarios para la Organización General de la Instrucción Pública Popular, que ofrece una solución que facilita la enseñanza de tan contraversial tema de la religión en los planteles. El doctor Luis Razetti promueve y logra la reforma de los estudios médicos; y los estudios jurídicos, por inflijo del doctor Alejandro Urbaneja, se encaminan por unas rutas de modernidad. En 1895, se celebra el I Congreso Pedagógico Nacional, convocado para establecer las bases para el régimen educativo, pero las diferencias ideológicas entre los positivistas, masones, librepensadores y católicos, dejó sin efecto los propósitos inmediatos de su convocatorias, no obstante crea condiciones para dar vida al Código de Instrucciones de 1897. Finalmente, se aprueba el Código de Instrucción Pública, y luego su apéndice, el reglamento para el Colegios de Niñas, el 3 de enero de 1899, que establecía las directrices para la formación de maestras, inspiradas en la práctica de los buenos sistemas y métodos de enseñanza, con lo que se cierra ese ciclo tan fecundo en propuestas reformistas.
Las propuestas indicadas fueron adoptadas por el entusiasmo que en el ambiente intelectual habían prendido, de una parte, las ideas del positivismo de H. Spencer, y del evolucionismo darwiniano; y de otras partes, el pensamiento pedagógico de Pestalozzi y de Froebel, que a juicio de los educadores venezolanos de la época eran los grandes renovadores del pensamiento y de la praxis educacionista,de las orientaciones didácticas.

Las reformas de los estudios médicos y jurídicos lograron sobrevivir en medios de las dificultades graves y dar sus frutos.
(Tomado del libro Pensamiento Educativo en Venezuela)

1) ¿Son necesarias las reformas educativas? ¿Por qué?

2) ¿Qué es pensamiento ideológico?

3) ¿Por qué influyen en las reformas educativas?